jueves, 11 de julio de 2013

Horus



-Por Geb, Grace, coge bien Khopesh. Como te he enseñado, que tampoco es tan difícil.-

-Lo dice aquí, el super soldado.-

-Grace…-

-Vale, vale.-

El Khopesh es el armatoste mas extraño que he cogido en mi vida. Podría ser una espada normal si no fuera por que tiene la hoja curva. Es la misma arma que Edfú usó contra los guardias de Bahari. Después de cuatro días de combate cuerpo a cuerpo, hoy por fin me ha dado un arma. Pero lo más complicado de Khopesh es la empuñadura, que también es curva y no se ajusta bien a la mano. Sigo sin entender por qué Edfú no se limita a usar una lanza o una espada normal  y recta.

-Grace.- Al ver que estoy algo distraída añade- ¡Grace! ¡Concéntrate!-

Pega una estocada y consigue quitarme el arma, que yo no había sujetado  correctamente.

Desesperado, grita:

-¡Vale, desisto. Eres imposible! ¡No sabes distinguir la izquierda de la derecha y ni siquiera puedes sujetar un arma!- Después suelta algo parecido a un rugido de desesperación.

-Yo también te quiero.- Digo en voz baja y con todo el sarcasmo que puedo.

-¿Qué?- Parece que mi comentario le ha desencajado por completo.

-¡Concéntrate, Edfú! ¡Que estás muy despistado!- Grito lo más fuerte que puedo. Aunque me cueste reconocerlo su comentario me ha dolido bastante. Intento esforzarme al máximo y él lo único que sabe hacer es echarme en cara que no consigo hacer nada bien. No todo el mundo puede ser tan extremadamente perfecto en todo lo que hace. Creo que es hora de que vaya comprendiéndolo.

Me giro, poniéndome de espaldas a él para que no vea las lágrimas de frustración que me bajan por las mejillas, aunque me temo que ya es demasiado tarde. En dos zancadas se coloca a mi lado y me pone una mano en el hombro. Yo me muevo, haciendo que su mano caiga.

-Déjame en paz.-

No me gusta que me vean llorar, sobre todo él que nunca muestra ninguna emoción, como si todo le resultase indiferente, como si nada le hiciese daño.

-Oye mira, lo siento ¿Vale? No pretendía ser tan duro contigo y…-

Es un intento de disculpa tan falso que estallo.

.¡ACASO NO SIENTES NADA? ¿DOLOR? ¿ALEGRÍA? ERES COMO UN ESTÚPIDO TROZO DE PIEDRA, EDFÚ. HACES TODO PERFECTO SIEMPRE, PERO NO TIENES SENTIMIENTOS.- Termino y me falta el aliento. Ya está, ya lo he  dicho. Me siento bien por haberlo dicho, liberada. Pero al mismo tiempo es como si me hubiesen añadido un peso al estómago.

Le miro, para ver el efecto que mis palabras han tenido sobre él. Me imaginaba un Edfú cabreado, uno divertido, uno un poco molesto, incluso uno compasivo. Me había imaginado de todo menos esto.

El Edfú que tengo delante parece haber envejecido, pero al mismo tiempo parece ser mucho más joven. Sus ojos brillan con desesperación mientras el sol los ilumina. Parece realmente desolado, como si acabase de ver su casa, con toda su familia dentro, arder. Su pelo está como si se acabase de haber levantado y su piel está tan pálida que sus labios parecen de un color entre rosa y rojo.

-Tengo sentimientos.- se tapa los ojos con las manos.- Más de los que debería.-Se aparta las manos de la cara pero sigue sin mirarme- Todos sentimos dolor, pero lo expresamos de forma diferente. Yo…- No termina la frase, pero le pega un puñetazo a una de las columnas de mármol del yacimiento donde estábamos entrenando hoy mientras suelta un fuerte grito de rabia

Le sale sangre de los nudillos y creo que se ha roto la mano. Corro hacia él y le envuelvo la mano herida con las mías.

-¡Edfú! ¿Por qué has hecho eso?- Digo mientras le reviso las manos en busca de más magulladuras, pero no encuentro ninguna. Que raro.

-Grace.- Él me está mirando, pero no es su mirada normal, el algo mucho más dulce- El otro día tenías razón. Pero yo sigo creyendo que lo bueno de esperar algo es que, mientras lo haces, puede aparecer algo que te haga cambiar de opinión.- Sonríe, pero no es su sonrisa estúpida y sarcástica de siempre, es una sonrisa amable y cariñosa, a pesar de todas las cosas horribles que acabo de decirle.- Y, Grace, quería decirte que yo t…-

Un gran ruido de cascos le interrumpe. Me tira al suelo y el aterriza después.

-¡Haz que estás dormida!-

-Pero que porras…- Pero aún así hago lo que me dice.

Unos segundos después los caballos llegan hasta nosotros, los jinetes se desmontan y empiezan a hurgar entre nuestras cosas, seguramente buscando algo de valor.

-¿Grace, me oyes?-

Pego un brinco, pero soy lo suficientemente sensata para mantener los ojos cerrados. Por que estoy segura de que lo que he oído es la voz de Edfú, pero no ha sonado en voz alta. Ha sonado en mi mente.

-Grace, si me oyes piensa una respuesta.-

Decido hacerle caso a la voz de mi cabeza y pienso:

-Me he vuelto loca ¿No? Se me ha ido el tarro.-

-Grace, esto es serio. Nos están asaltando y van armados, ya te explicaré esto más tarde.-

-No. Quiero saber ahora por que estás dentro de mi cabeza.-

Le oigo soltar un bufido en mi mente ¿Un bufido mental?  Y luego me contesta:

-Mi padre era sacerdote de Osiris y me enseñó a hablar a base de la mente ¿Contenta?-

No, no estoy contenta ¿Acaso no oye que nos están asaltando?

-Ahora te vas a quedar aquí quietecita mientras yo me ocupo de esto ¿Vale?-

-¿Para que me destripen como a un pescado?-

-Grace…-

-Vale, vale, quietecita sin hacer nada.-

-Exacto.-

Noto como se levanta y después de cinco segundos, yo le imito. Él no parece darse cuenta, aunque es normal estando dentro de un círculo de luz azul.

¿Espera, qué?

Caigo a la arena por la intensidad del halo que rodea a Edfú y observo como su cuerpo crece más de tres metros y la parte superior a sus hombros queda sustituida por la cabeza de un halcón.

El terror me paraliza, ni siquiera me molesto en fijarme en quien nos estaba robando, solo sé que debe de ser una caravana de hombres de por lo menos doce personas. No puedo moverme. Un torrente de imágenes acuden a mi mente, como si fuese un enorme río desbordado.

Edfú venciendo solo a los bandidos de Bahari, él me curó de una puñalada, en el templo no fue mi puñetazo lo que le dejó sin respiración sino la energía de Sobek. Y su nombre, debería haber caído en su nombre. Al templo de Horus también se le llama el templo de Edfú.

He estado ciega, completamente ciega.

Edfú no es humano.

Él es un dios.

2 comentarios:

  1. la verdad s q no veo como se puede mejorar este blog....sta genial!!

    ResponderEliminar
  2. Te voy a matar. SIGUIENTE CAPÍTULO POR FAVOR!A GUNTER se le acaba la paciencia....

    ResponderEliminar